Temas

lunes, 26 de diciembre de 2016

Yo nunca fui a la escuela



Acabo de leer este libro con este título tan llamativo que choca cuando lo leémos ya que a priori nadie se plantea que un niño o niña no vaya a ir a la escuela. El autor de libro, André Stern es hijo de Arno Stern, reconocido autor por sus investigaciones en torno a la idea de la Formulación y de una nueva disciplina denominada Semiología de la Expresión.  

Yo nunca fui a la escuela, de André Stern

Este es un libro que habla con un lenguaje claro y directo sobre la experiencia personal de André durante su infancia y adolescencia, y su autoaprendizaje sin pisar jamás una escuela.

El libros nos ofrece una visión que difiere de la idea ampliamente conocida sobre que "los niños son como esponjas" partiendo de la premisa que el cerebro de los niños nace "vacío" y hay que ir llenando de contenidos a medida que va creciendo. André, con el relato de sus vivencias nos muestra que un niño o niña tiene unas capacidades de autoaprendizaje y sólo con confianza se pueden desarrollar esas capacidades, sin imposiciones externas. Simplemente jugando y realizando aquellas actividades que le interesan. Una vida alejada de las rutinas y calendarios establecidos. 

En el libro, a parte de su experiencia con diferentes ramas del conocimiento, des de la ingeniería al arte, pasando por la fotografía, el periodismo, la música, la artesanía y el arte escénico. También nos ofrece los motivos por qué sus padres tomaron la decisión de no enviar a sus hijos a la escuela. 

Actualmente André es músico, compositor, lutier, autor y periodista. Fundador del movimiento "Ecología de la educación" y director del Instituto Arno Stern (Laboratorio de observación y de preservación de las disposiciones espontáneas del niño).

Si queréis conocer un poco más de este brillante profesional podéis mirar su página donde encontraréis más información sobre él y el movimiento "Ecología de la infancia": http://www.andrestern.com/


martes, 22 de noviembre de 2016

"Mi hijo no quiere leer"

Hoy quiero hablar sobre algo que es bastante habitual y es que cuando nuestros hijos llegan a ciclo inicial en la escuela, empiezan las primeras lecturas.

Hay niños que les encantan las letras, les mueve una curiosidad innata por aprender a leer y enseguida empiezan a unir las letras en su cabeza y comienzan a leer muy temprano.

Hay otros niños que en seguida aprenden las letras pero las imágenes también les llaman mucho la atención y si las primeras lecturas van acompañadas de unas imágenes que no les acaban de gustar o alimentar su curiosidad, la lectura acaba perdiendo su interés... y entonces dejan de querer leer, dicen que no saben leer... ¿Os suena?

Hay otros niños que tienen otros intereses, y a veces tampoco encuentran lecturas que les motiven, o les sorprendan, o les gusten.

En estos dos últimos casos, si observamos al niño, que libros le llaman la atención, qué cosas le gustan... podemos buscar alternativas. En mi caso comencé primero con libros con pictogramas


y después de ver que algunos si le gustaron y otros no tanto, seguí probando y entonces descubrí que le gustaban mucho los libros de ¿Dónde está Wally?




A partir de aquí busqué otras propuestas como Otto, el perro cartero de Tor Freeman, Les vacances del Ratolí carter, de Marianne Dubuc... hasta llegar a libros de conocimiento dirigidos al público infantil, como por ejemplo: Viaje por la historia de las civilizaciones








Y puedo decir que estos libros le han producido la curiosidad necesaria para iniciarse de manera voluntaria en la lectura con 7 años. He de decir que en la escuela tienen media hora de lectura cada dia obligatoria, y no tengo claro qué libros lee en el aula, pero en casa estos son los que más le gustan.



viernes, 4 de noviembre de 2016

La Pedagogía Blanca...

La Pedagogía Blanca es una manera de educar y criar a nuestros hijos desde el respeto hacia el niño, sus necesidades y su individualidad. Cada ser es único y especial desde que nace, aunque algunas veces tendemos a encorsetar a nuestros hijos en modelos ya conocidos o familiares, y  nos olvidamos que no hay dos seres iguales.

La Pedagogía Blanca te aporta un amplio conocimiento sobre diferentes metodologías pedagógicas que ya existen dándote una visión objetiva sobre cada una de ellas y dejándote la puerta abierta a tu elección, conociendo pros y contras de cada una de ellas. Recursos, métodos de trabajo, lecturas de gran calidad, vídeos de opinión de expertos en diferentes temas, todos bajo el paraguas de la educación.

Acabo de obtener mi diploma de formadora en la Pedagogía Blanca y quiero agradecer a Azucena Caballero, Mireia Long y Sorina Oprean su tiempo y que nos hayan abierto las puertas de sus vidas explicándonos sus vivencias y experiencias como madres homeschoolers. Todo lo aprendido en el curso me ha removido mucho por dentro, y es que asimilar que hay cosas que se podrían cambiar y mejorar con la voluntad necesaria que a veces no hay... duele. Pero aquí estamos para aportar nuestro granito de arena, para intentar conseguir el cambio en la escuelas y trabajar desde casa con nuestros hijos, desde el AMPA de nuestra escuela, y quién tenga el privilegio de ser maestro, desde su aula. Muchas gracias por todo lo aprendido y me siento orgullosa de haber realizado esta formación.

Hasta ahora he dedicado este blog a temas relacionados con la crianza, maternidad y lactancia materna… Pero me gustaría dar un paso más, algo que me ronda por la cabeza desde hace tiempo, reenfocarlo y dirigirlo hacia otro ámbito. Espero poder conseguirlo.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Y después de 5 años llegó el destete...

Me parecía que nunca iba a escribir sobre este tema en el blog... aún lo veía lejano. Mi hija en su anterior cumpleaños me dijo que cuando cumpliera 5 años dejaría la teta y... para sorpresa de todos: así ha sido.

Sin llantos, sin rabientas, sin enfados, sin reproches... Nos estuvimos preparando ambas unas semanas antes, pensando y hablando como lo haríamos cuando se acabara el dar la teta. Me tumbaría con ella igual que antes y le haría cosquillitas. Por ahora nos funciona.

En mi entorno familiar no había mucha credibilidad en si podría conseguirlo... más bien creían lo contrario: que no podría.

Ahora que lo ha conseguido, no he escuchado ningún reconocimiento hacia ella por parte de nuestro entorno. Lo ven como algo normal. Esto no lo comparto. Soy consciente del esfuerzo que para ella supone este cambio, y al aceptarlo con total normalidad por su parte es probable que por otro lado salga el cambio que está viviendo. De hecho, es así. Ahora nos encontramos que rechaza alimentos que antes se comía sin problemas... yo lo achaco al destete, quizás me equivoque, pero encuentro lógico algún tipo de cambio en su actitud al no haber expresado nada y aparentemente ha sido un cambio tan natural y sorprendente a la vez. Sentía mucho apego a su teta.

Yo si le valor que se ha hecho mayor, que está creciendo y que me siento orgullosa de ella de su determinación.

Me gustaría animar a todas las mamás que dan el pecho y se puedan sentir en algún momento de esa etapa que no les apoyan lo suficiente para poder continuar, si así ellas lo han elegido junto a su hijo/a, a que confien en su instinto, en su hijo o hija y que no dejen que los demás se entrometan en algo que les atañe exclusivamente a ambos. Encontraran el momento del destete juntos, no cuando los demás se lo marquen.

Un caluroso abrazo.

Eva.

martes, 5 de abril de 2016

Niñez, corta niñez...

Estaba con mi hija tumbada cuando me he recordado a mi misma con su edad hace unos 30 años.. 30 años ya!! Y entonces he sido consciente de lo corta que es la etapa de vida de un niño... en relación a la vida de una persona (si todo va bien, claro), apenas 12 o 13 años. ¿Qué son 12 o 13 años comparado con 20, 30, 40... años? 

En cambio en el día a día tenemos la sensación que se hace eterno el esperar a que comprendan ciertas cosas, normas sociales, el querer que sean autónomos, el querer que nos ayuden, que acepten lo que les pedimos... en definitiva, que criar a un hijo o varios no es fácil, nada fácil y nos parece un camino muy largo. Pero si miramos en perspectiva, es un período relativamente corto de su vida, así que quizás deberíamos preguntarnos ¿cómo queremos vivirlo? Siempre con prisas, órdenes, gritos, castigos... O nos gustaría que fuera relajado, fluido, agradable...

Por increíble que parezca nuestra actitud tiene un factor muy importante en cómo se desarrollan los acontecimientos diarios y si no me creéis os reto a que hagáis una prueba y observad porque os sorprenderéis.

¿Qué quiero decir? Pues que si sabéis que habitualmente perdéis los nervios y/o eleváis el tono de voz en unas determinadas circunstancias (y sois conscientes de ello) probar a intentar cambiar vuestra reacción... Sí, si esa cuando notáis que perdéis el control. No es fácil, pero se puede conseguir ¿un truco? Cuando os déis cuenta que estáis empezando a notar que estáis a punto de explotar: cerrad los ojos y haced una respiración profunda, dos, tres... Luego abrid los ojos y observad la situación que estáis viviendo en ese momento. Si aún os notáis nerviosos, pensad en el dia que nacieron vuestros hijos y la inmensa felicidad que sentistéis, y ahora volved a observar si la situación que os estaba poniendo tan nerviosos os hace sentir lo mismo o ha cambiado?

Hay un dicho que es "Sé tu el mejor ejemplo", las palabras se desvanecen pero los actos quedan impregnados en nuestra retina. Seamos el mejor ejemplo posible para nuestros hijos/as. Pensemos qué valores queremos transmitirles y actuemos en consecuencia, siendo nosotros mismos el ejemplo de esos valores.

Contadme si probáis "el truco" antes descrito y si os ha funcionado. A mi más de una vez me han sorprendido cuando lo he puesto en práctica. Recordemos que sólo somos personas intentando hacer lo mejor posible para ayudar a las personas que están con nosotros a desarrollar la mejor versión posible de ellos mismos.