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viernes, 2 de noviembre de 2012

Mi experiencia con portabebés…

Con mi primera hija no me compré ninguna mochila portabebés…no tenía claro si realmente me sería útil o no en el día a día con mi bebé. Cuando mi hija tenía pocos meses, una amiga me dejó una que le habían regalado a ella para su hijo. No era ergonómica, es de las que el bebé mira hacia delante con las piernas en forma de ranita. La probé un día, y para un momento sólo, subir los cuatro pisos hasta casa de mis padres por las escaleras. No vi aquello ni cómodo ni práctico ni a mi hija la vi a gusto. Descarté usarla y se la devolví a mi amiga, quién me confesó que ella tampoco la había utilizado porque tampoco la encontró cómoda.

Con el tiempo me fui enterando de otros sistemas para llevar a bebés como los fulares y otras mochilas que son más ergonómicas que respetan la manera natural de llevar a nuestros hijos. Pero para entonces mi hija ya era un poco mayor, así que no pensé en comprarme ninguna… además yo ya estaba embarazada entonces de mi segunda hija.

Con mi segunda hija lo tenía más claro y como había visto alguna madre llevando a su hijo en un fular y me encantó, decidí comprarme uno para llevar a mi pequeña cuando naciera.

Así que me compré un fular con anilla (no de esos elásticos) pero mi segunda hija nació tan grandota (4,120 Kg.) que cada vez que probaba a ponerla ahí dentro no la veía cómoda y ella lloraba y gritaba… así que desistí, y también (no voy a negarlo) me desilusioné y ¡mucho! No entendía qué era lo que hacía mal. Cuando mi hija tenía unos 6 meses probé otra vez a ponerla en el fular y entonces ¡sí! se la veía muy a gusto... ¡así que empecé a usarlo! Que contenta estaba y ella también, llegó un momento que ella veía el fular y ya se empezaba a reír. Y cuando iba dentro no había niña, no lloraba, no se quejaba, y muchas veces ¡se dormía!

Pero entonces, el problema empecé a ser yo, que se me cargaba el hombro de llevarla (en ese momento ella pesaba unos 9 Kg). Así que pensé que quizás lo mejor era comprar una mochila ergonómica que parecía que repartía mejor el peso en la espalda. Coincidiendo con estos pensamientos encontré a Brazos y Abrazos y me vino de maravilla porque fue a través de ellas que me compré mi Boba Carrier. Ellas me asesoraron y me informaron muy bien de todas las opciones que tenía, además tengo que agradecerles la paciencia que tuvieron conmigo y mis problemas con el ordenador :P. Hace muy poquito que la tengo, apenas un mes, pero ya la he usado un montón. Ahora no se me carga el hombro ni la espalda y mi hija va tan a gusto que muchas veces se duerme en ella. Además me permite moverme con más facilidad por ejemplo cuando voy a buscar a mi hija mayor al colegio y tengo que ir con mi hija pequeña también, e incluso para poder salir a caminar por la montaña que nos gusta mucho a toda la familia. Y por lo que más contenta estoy es porque mi marido también la ha probado… ¡y le ha encantado! Y eso que él era un escéptico con el tema del porteo. Todavía estoy alucinada… Así que recomiendo totalmente que probéis el porteo natural, ya sea con fular o mochila, cada uno verá lo que le vaya mejor en el momento :-)

1 comentario:

  1. Yo me arrepiento mucho de no haber sabido más sobre el porteo con pablo y tambien de haber tardado tanto en espavilarme con esto con adrián peeeeeeeeeero tengo MI boba desde hace 3 dias y ya la he usado 2!!! Y yo tb estoy muuuy contenta de haber "convencido" a emilio de comprarla. Ahora espero ansiosa el finde para q comience él a portear y para que descubra alguna de las increibles sensaciones y sentimientos q provoca!!!

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